El Museo de Micro-miniaturas ... por Kurt Schleicher
Aunque ya sabía de
su existencia (hace dos años pasé por Guadalest, la población alicantina
situada cerca de Benidorm en la que se ubica, pero no tuve tiempo de ver el
museo), quiero difundir la existencia de este museo, pues me ha causado cierto
asombro en relación a la capacidad y paciencia humanas en cuanto a
miniaturización. Creo que alguna de ellas debiera ser récord Guinness, si es
que no lo es ya.
El autor de estas
miniaturas es un pintor y escultor de nombre Manuel Ussá, que ya ha tenido que
dejar de crear estas maravillas por razones de edad (creo recordar que me
dijeron que se acerca a los noventa años). Las obras están realizadas
manualmente, nada de láseres y automatizaciones, sino a base de pulso y
conteniendo la respiración, lo cual ya es muy difícil en esas condiciones. Los
instrumentos para su ejecución son un invento del autor. Además, para poder
ejecutarlas, las “pinceladas” hay que hacerlas entre latido y latido del
corazón, es decir, a corazón parado, lo que tampoco parece muy recomendable a
ciertas edades.
Me advirtieron al
entrar que no era nada fácil conseguir buenas fotografías, pues para ello había
que tener también buen pulso o mejor todavía, un buen trípode y, aún así,
ajustar el enfoque para que no quede un pastiche seguiría siendo difícil.
Aquello me pareció un reto y me puse a ello; evidentemente, muchas no me salieron
como yo esperaba, pero algunas acompañan esta selección, aunque no sean una
maravilla. Están hechas a pulso y con enfoque manual, es decir, a lo bruto. Las
obras han de verse con lupa de muchos aumentos y si se me apura, con
microscopio; de ahí que se presente como “una obra de arte invisible para el
ojo humano”.
Veamos algunos
ejemplos:
Colocar una reproducción de la torre Eiffel en el ojo de una aguja
Pintar la “Maja Desnuda” de Goya en el ala de una mosca (me figuro que la
mosca estará encantada de tener semejante tatuaje y se lo enseñará orgullosa a
sus amigas)
Pintar “Los fusilamientos del 2 de Mayo” sobre un grano de arroz. (Me imagino
que si se extendiese esta práctica con profusión, la paella resultante sería la
más cara del mundo)
Varias obras de Miguel Angel reducidas millones de veces, a destacar “La
Piedad”
El cuadro de “Las Meninas” de Velázquez en un grano de maíz
Las “Tres Gracias” de Rubens sobre un grano de arroz
Una Venus desnuda acurrucada junto a un perro dentro de una semilla
Un Tiovivo sobre un botón de camisa
Un zoológico con 20 animales casi a escala sobre una minúscula hoja
El cuadro de “Las Lanzas” de Velázquez sobre la concha de un pequeño
caracol
Una mosca portando un autorretrato de Velázquez en su lomo
Un pastor con sus ovejas sobre otra concha de caracol
Esculturas etéreas sujetas con hilos microscópicos danzando en el aire
Una señora desnuda que se asoma a través del ojo de una aguja como si
fuese una ventana de su casa
Otra señora desnuda de espaldas que entra en una semilla
Unos
labradores arando sobre los surcos de una pluma de ave
…Y el récord de la obra de arte más pequeña del mundo: en la sección de un cabello, veinte veces
más pequeña que un milímetro, ha logrado pintar una rosa, sobre la que está
posado un pájaro que a su vez lleva un gusano en el pico. Doy fe de que he
visto la rosa y el pájaro, pero el gusano no he sido capaz de verlo. Tampoco he
podido fotografiarlo, pues para poder visualizarlo se hace a través de unos
binoculares que permiten verlo en relieve con los dos ojos.
Hay varios cuadros más que no he mencionado, pintados sobre lienzos de
un par de milímetros, que igualmente hay que verlos con lupa.
En fin, una obra extraordinaria que ha puesto a prueba la paciencia del
autor y le ha habrá llevado probablemente media vida realizarla.
El museo está en la parte alta del pequeño pueblo de Guadalest, que fue
la casa de Manuel Ussá durante muchos años y ahora convertida en museo. Hay
otro museo, llamado el “Micro-gigante” también de miniaturas y esculturas en la
parte baja del pueblo con más obras del mismo autor, que ya no pude ver por
falta de tiempo.
Guadalest merece una visita, pues tiene otros seis museos más, aparte de
varias tiendecitas con gran profusión de obras de arte de otro estilo. Uno de
estos museos es la “Casa Orduña”, que acoge muebles originales del siglo XVI y
varias exposiciones de pintura y fotografía que merece la pena visitar. También
permite el acceso al castillo y al cementerio que hay en la cúspide por una
curiosa vía por el interior de la roca. Desde allí, la vista es espectacular;
en días claros se ve perfectamente el mar cerca de Benidorm; no me prodigo más
con el pueblo, pues en este mismo blog ya lo hice hace dos años en el artículo “Dos
pueblos con encanto”.
Por cierto, en el camino a Guadalest me sorprendió ver de lejos el
chalet de un particular que había tenido la humorada de esculpir sobre el
tejado de su casa un enorme caracol con los cuernos al sol. El animal debe
medir por lo menos 5 o 6 metros de envergadura y asemeja una especie de
Godzilla atacando la casa. En fin, que la visita fue desde lo más pequeño a lo
más grande…
Adjunto 31 fotografías, primero un par de panorámicas de Guadalest, después
las fotos que hice en el Museo de Micro-miniatura y terminando con la foto del “monstruoso”
caracol en el tejado de una casa, que acabo de mencionar.
Nunca se cansa uno de ver curiosidades, ¿verdad?
KS, Junio 2015.
GUADALEST
Museo Microgigante:
MUSEO DE MICRO-MINIATURAS
CASA DEL CARACOL