AULA 64 nº 5: Restauración del Hospital de San José. Ponente: Ignacio Casas.
Por Kurt Schleicher
He estado apunto de
titular esta reseña “Restauración, Homeopatía y ADN” por lo que veremos a
continuación; desde luego, la invitación para visitar este antiguo hospital
como resultado de las gestiones de Nicolás, Vicente, Iñaki y a la gentileza de
Félix Antón, Patrono de la Fundación del Instituto Homeopático que nos
acompañó, ha sido toda una experiencia.
El hospital data de
1878 cuando el doctor José Núñez Pernía, médico de Isabel II y homeópata, culmina
las obras. En el mismo año se crea la Fundación del Instituto Homeopático y Hospital
de San José. Hablando de fundadores, la homeopatía se fundó en 1796 por Samuel
Hahnemann, considerada una medicina alternativa que se basa en que sustancias que causen los síntomas de una enfermedad
en personas sanas, curará lo similar en personas enfermas. Una especie de vacuna, sin serlo. No
es objeto de esta reseña entrar en polémica sobre la homeopatía, pero hay que
destacar que todos nos llevamos una gran sorpresa del éxito que ha tenido esta
disciplina médica en España a lo largo de tanto tiempo, incluyendo los tiempos
actuales. A lo largo de la visita que realizamos al final de la charla guiados
por Félix Antón, nos enteramos que en el hospital se siguen organizando
sesiones, actividades e investigaciones homeopáticas y además pudimos visitar
el museo que hay en el edificio anexo.
El objeto de la charla era que Ignacio nos hablara
sobre la rehabilitación y restauración del hospital, que culminó en 1998,
inaugurándose posteriormente en 2010 con asistencia de la presidenta de la Comunidad
de Madrid entonces, Esperanza Aguirre. Nos contó Félix una graciosa anécdota de
aquél día, pues la señora Aguirre dio toda una disertación sobre homeopatía tras
haber dedicado poco más de unos minutos a enterarse de lo que iba aquello. El
hospital recuerda a otros edificios de Madrid, como las Escuelas Aguirre (nada
que ver -creo- con la ex-presidenta) y el hospital del Niño Jesús, de estilos
similares.
Iñaki Casas, doctor arquitecto, es uno de
los ocho hermanos Casas, siendo él y otro hermano más de esta profesión. Me
llamó la atención que su padre era el único que sabía calcular y dimensionar
arcos metálicos en aquella época. Se dedicó, entre otras cosas, a la docencia y
a actividades de rehabilitación de edificios, en especial los declarados como
éste de Bien Cultural. Nos contó con todo lujo de detalles y nombres los
compañeros que tuvo en estas actividades, de los cuales conocemos al menos a
alguno de nuestra Promoción, como Antón Capitel y Jose Manuel Sanz. Nos estuvo
contando las dificultades en la rehabilitación del edificio, como por ejemplo cómo
se hacía la recomposición de vigas deformadas por su propio peso y el impacto
del tiempo, las dificultades de actualizar la calefacción, sanitarios,
prevención de humedades, etc. sin que el edificio en sí pierda su, digamos, “personalidad”.
Al final de la charla de Ignacio, Félix
Antón nos contó un montón de historias relacionadas con el hospital y la
homeopatía, incluyendo el litigio que existe actualmente por la herencia del
marqués en cuanto a la Fundación en general y todo lo que contiene, litigio en
el que ha intervenido nuestro compañero Kolia como defensor de la Fundación.
Ahí es donde entre en juego lo del ADN, pues se han exhumado los restos del
primer marqués, José Núñez Pernía y sus hermanas; con los resultados que se
obtengan, está en juego quiénes son los herederos legales del marqués, de lo
que dependerá el futuro de la Fundación nada menos. Al parecer, el “jaleo
hereditario-nobiliario” proviene de la historia sentimental del propio marqués,
lo que podría dar pie hasta a una interesante novela. Además, esto del ADN en
los litigios constituye un espléndido ejemplo de cómo la Ciencia hace simbiosis
con la Jurisprudencia, en bien de la Justicia. También se podría decir que es asimismo
una buena muestra de la convivencia entre los “de ciencias” y los “de letras”,
cosa que los del “A” de la Promo 64 tuvimos ocasión de constatar en su día,
¿verdad?... y lo que nos queda.
Tras la visita fuimos muy cerca de allí al restaurante
Sagaretxe a disfrutar de sus famosos pinchos. Como se puede observar en el
reportaje, el buen humor corrió a raudales junto con la sidra natural y el vino.
KS, 20 de abril de 2017