AULA 64, primer encuentro por Kurt Schleicher
La iniciativa de nuestro querido Kolia que
hemos llamado Aula 64 ha resultado tener un magnífico eco, dando así comienzo a
una serie de charlas o conferencias mensuales en las que cada uno que quiera
participar lo puede hacer presentando algo de su experiencia personal o de lo
que le parezca. Hay una primera lista en manos de Vicente, de forma que ya
tenemos plan para cubrir el año próximo… y a este ritmo lo que venga. En el
fondo es una manera de juntarnos con frecuencia periódica, pero a la vez es
también poder compartir experiencias interesantes entre nosotros y que exciten
nuestra curiosidad. Las próximas conferencias, ya desde Enero del año que
viene, serán en el Ramiro de Maeztu por gentileza del director Jesús Almaraz,
que nos cede un aula y los medios de proyección.
El que haya salido adelante esta iniciativa
ha sido posible gracias a la dedicación de Vicente, Manolo Rincón y José Mª
Bretón, a los que se agradecen los esfuerzos realizados para ello.
Antes de entrar al trapo, se informó a todos
que a nuestro querido compañero Rafa García Fojeda le habían operado con
resultado muy satisfactorio y que, aunque le hubiese encantado poder asistir,
era demasiado pronto al estar todavía en periodo post-operatorio. Me encargó
que os diera a todos un fuerte abrazo de
su parte.
La primera presentación tuvo lugar ayer, 12
de diciembre de 2016, a cargo del propio Kolia; más que una charla, resultó ser una
clase magistral sobre oratoria parlamentaria.
Antes de empezar, destacar la presencia de Tomás Duplá en su primer encuentro con nosotros y que se encontró nominado para dar la próxima conferencia.
Vicente y Tomás
Nadie más apropiado que Nicolás para hablar de oratoria parlamentaria en su condición de letrado de las Cortes; su dominio es tan
apabullante que desde el principio de su exposición no se podía oír el más
mínimo ruido, ni siquiera las típicas toses en esta época, y todos los
asistentes se mantenían con las orejas tiesas y muy atentos a la lección.
Kolia nos mencionó al comenzar que esto era
como retomar aquellas clases con D. Jaime Oliver Asín antes de ir a visitar Toledo. También
podría ser, remedando a Fray Luis de León: “Decíamos ayer…”
Nuestro insigne ponente
Entrando ya en materia, a destacar que “Parlamento”
viene de “parlar”, o sea, hablar, que es de lo que se trata para llegar a un
objetivo, que no es otro que convencer a la audiencia. La oratoria
parlamentaria se sostiene sobre una amplia cantidad de conceptos, que Kolia nos
expuso de la misma forma que un médico forense cuando disecciona
sistemáticamente un cuerpo: con todo rigor. Desde los 18 presupuestos
ontológicos, pasando por las maneras de manifestarse, cómo evitar
contradicciones, cómo ser lógicos y cómo establecer formulaciones para apreciar
una evolución. No es objeto de esta reseña entrar en los detalles de la
exposición, que se encontrará disponible para el que lo desee, especialmente si
no ha podido asistir ayer.
Tras la clase magistral de Nicolás, el turno
de ruegos y preguntas fue de lo más sabroso. Se clarificó que no existía
realmente ningún “manual” en el que se encontrasen las diferentes técnicas para
una óptima oratoria parlamentaria, sino que “cada maestrillo tenía su librillo”;
como ejemplo, se citó a Emilio Castelar, considerado el mejor orador
parlamentario en España.
A partir de ahí, las preguntas giraron más hacia el Parlamento en sí y su adaptación al mundo moderno, su reciente digitalización desde 2006, y los posibles “choques” con las redes sociales. También se comentó la influencia de los medios televisivos y que, lamentablemente, lo que más “vende” es siempre la crítica y el afán de destacar lo malo frente a lo bueno, olvidándose de enfatizar alguna vez los aspectos positivos.
A partir de ahí, las preguntas giraron más hacia el Parlamento en sí y su adaptación al mundo moderno, su reciente digitalización desde 2006, y los posibles “choques” con las redes sociales. También se comentó la influencia de los medios televisivos y que, lamentablemente, lo que más “vende” es siempre la crítica y el afán de destacar lo malo frente a lo bueno, olvidándose de enfatizar alguna vez los aspectos positivos.
Las preguntas se centraron a partir de ese momento por parte de varios asistentes en cierto escepticismo en cuanto
al propio parlamentarismo y las presiones internas o externas. Tengo que decir
que el ponente supo capear los “furibundos” ataques de la concurrencia de forma
brillante, sin dejar de dar una respuesta a la vez firme en defensa de la
bondad del sistema y, sin embargo, aportar también una gran flexibilidad en la
misma. Aquello ya se había convertido en un auténtico debate, concepto enriquecedor
en cualquier caso como tal y parte relevante de la propia oratoria
parlamentaria.
Uno contra todos...
El turno de preguntas excedió con mucho lo previsto,
por lo que la hora del comienzo de la ulterior cena en un restaurante cercano
llamado “Piú de prima” se retrasó
bastante. Al llegar allí, fuimos sorprendidos al poder disponer de un amplio
reservado para nosotros solos en una gran mesa cuadrada adornada con
candelabros y una iluminación muy tenue. Al comentarles este hecho a las guapas
encargadas de servirnos las viandas, me dijeron que les habían dicho que se
trataba de una “cena romántica”; a la vista de la “pila” de años que se veía
por allí, desde luego es de agradecer, si bien para una cena “romántica” todo
indicaba que nos faltaba “algo”. Será como dice la canción: “Come prima, piú di prima, t´ameró…”
La cena romántica
Quien se encargó de la reserva del
restaurante fue José Manuel Bretón, al que habrá que preguntar en qué estaba
pensando si en verdad había encargado una cena romántica para veinte apasionados
veteranos, pero muy capaces de mantener viva la curiosidad, la ilusión y la
fascinación.
Hasta la próxima charla en enero, aprovecho
que tengo la pluma en la mano para desearos unas felices Navidades y que nos
encontremos todos en el año próximo igual de guapos y animosos.
KS, 13 Dic. 2016
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