miércoles, 2 de abril de 2014

Costa Rica: junglas y volcanes


Costa Rica: jungla y volcanes        por Kurt Schleicher

    Mi objetivo al escribir esto es transmitir mis percepciones de un rápido viaje a Costa Rica; digo rápido porque merecería la pena recalar por allí algún tiempo más y no solamente los 10 días que hemos estado recientemente siguiendo un circuito programado, por mera comodidad. Como en alguna ocasión anterior, no pretendo dar informaciones que se puedan conseguir por agencias de viaje o internet, sino mis impresiones personales subjetivas y, si acaso, mis recomendaciones para alguien que quiera hacer un viaje similar.

     La verdad es que fuimos poco originales, pues seguimos el circuito clásico enfocado a parques nacionales: PN Tortuguero, PN volcán Arenal, PN Manuel Antonio y algo menos habitual que añadimos por cuenta propia al final y es una visita al PN del volcán Poás, cerca de la capital San José y realmente espectacular. Como se ve, Costa Rica es “rica” en parques nacionales, lo que no es de extrañar, al haberse convertido en un país que vive fundamentalmente del turismo, con permiso de las exportaciones de piñas y plátanos, en lo que son auténticos “expertos” (la piña “Del Monte” que conocemos todos es de allí).

  Recorrido: 1->2->3->4->5
   
      La verdad es que siempre me han gustado los viajes con un trasfondo cultural, arqueológico, histórico o artístico, pero en esta ocasión se nos cruzó esta posibilidad, más enfocada a las bellezas de naturaleza, flora y fauna (Marzo es un buen momento para viajar, en especial a este país, pues coincide con la época “menos lluviosa”). No es que haya riesgo de temporales, pero no hay más que ver lo verde que está todo y la altura y densidad de la jungla, abundantísima en Costa Rica, para darse uno cuenta que allí debe llover mucho. El clima es muy variopinto, dependiendo de las zonas, pero algo hay en común: que la temperatura no varía mucho. Ahí lo llaman “la eterna primavera” y solamente se nota algo más de fresco si se sube a alguna montaña (el volcán Poás está a casi 3000 m de altitud).

   Lo primero que me ha llamado la atención es que allí no hay fuerzas armadas; parece ser que no lo necesitan. Otra cosa que me llamó la atención es la educación en cuanto a los idiomas: a los niños se les enseña desde muy pequeños francés e inglés, aparte del español, claro, por lo que al final salen trilingües. Ideal para el turismo foráneo, pues… Por otra parte, el país es bastante seguro, no como alguno de sus vecinos (Honduras o Guatemala, por ejemplo). ¿Por qué será? Hay policía, pero no se nota especialmente su presencia; como curiosidad hay una “policía turística” que se encarga de proteger las bellezas del país, a la vez que da servicio a los turistas. Por cierto, en las aduanas pasa algo similar a lo de Chile; está prohibido importar productos agrícolas. Eso significa que no se debe llevar en las maletas de mano ningún tipo de fruta como tentempié, o te arman un follón en la frontera, en el propio aeropuerto.

     El país es notoriamente montañoso, aun que sin alharacas picudas; la mayor parte está cubierto por jungla en zona montañosa. También es un país inestable, pero no políticamente, sino “per se”: posee 112 volcanes, cinco de los cuales son activos. Visitamos dos de los activos (el Arenal y el Poás), aunque el primero está en fase de apagado. No así el segundo, al que tuvimos ocasión de ver “respirar”.

     En cuanto a la jungla, la verdad es que impresiona. No se parece a los bosques a los que estamos acostumbrados y la altura de los árboles es descomunal, del orden de edificios de 6 o 7 pisos, siendo una jungla muy densa. La flora y la fauna son espectaculares y la cantidad de especies es tremenda; el paraíso de un naturalista.

      Para los timoratos, es el país del mundo con mayor variedad y cantidad de serpientes venenosas (139 especies con 22 de ellas venenosas), varias mortales, pero no suelen verse por las zonas turísticas; será que son tímidas. Nos comentaron que no es recomendable pasear por carreteras asfaltadas solitarias de noche y sin luz, pues a las serpientes –en especial a la de terciopelo, muy peligrosa, que abunda por allí - les gusta el calor, y el asfalto lo guarda durante algún tiempo, por lo que con un poco de mala suerte podrías pisar una y lo podría tomar a mal. Por cierto, si te pasara esto, por lo visto la organización para llevarte corriendo a un hospital para un antídoto está bien montada, pero mejor que no suceda… Otros reptiles abundantísimos son las iguanas y los lagartos, algunos de buen tamaño y poco agresivos, pero que si se cabrean te arrean un latigazo con el rabo.

      En cualquier parte del país hay pájaros y monos de muchas especies, no siendo nada raro encontrarte con ellos en cualquier lugar y no solamente en parques nacionales. El reto es fotografiarlos, pues son animales “inquietos” que, salvo los titis que se acercan a las personas a ver si les roban los bolsos o las cámaras de fotos, mantienen las distancias. Cuando has logrado descubrirlos y tener la cámara enfocada a mano (el enfoque automático no sirve en estos casos), lo normal es que ya no estén donde estaban. Lo mejor es variar ligeramente el enfoque cuando hayas localizado al bicho y tirar todas las fotos posibles; alguna saldrá… También existe el caso contrario: las aningas o aves serpiente (parecidas a los cormoranes), cuando ven a un turista con la cámara, se ponen a posar desplegando las alas, giran sobre sí mismas y se contonean. Resulta muy gracioso y te da tiempo de sobra para hacer una buena foto… De monos hemos visto de muchas clases: los aulladores, los de cara blanca con pinta de marineros y sobre todo los pequeños titis, rapidísimos, que se ponen al alcance de la mano pero sin dejarse coger. Resulta curioso ver que hay muchas mamás con sus niños, que, por mucho que se meneen, nunca se caen. Me comentaron que si se diera este caso, la madre y el niño serían expulsados de la comunidad, la una por poco cuidadosa y el infante por tonto.

   Como buen país centroamericano, Costa Rica tiene dos “costas”: la caribeña al norte y la pacífica al sur. No parece que haya aglomeraciones y es posible encontrar playas “vírgenes” incluso cerca de los hoteles -como nos pasó en Manuel Antonio en la playa Biesanz- y además rodeados de animalitos, especialmente monos, y en abundancia. Una delicia; te crees Robinson Crusoe…

     La infraestructura hotelera parece ser muy buena; de momento están evitando colocar hoteles a pie de playa, con lo que el país parece estar en los comienzos de una expansión similar a la que hubo en España en los años 60 y 70, pero con las playas respetadas, al menos de momento. La impresión que me ha dado es que, más que un país “playero”, se trata de promocionar el senderismo y el amor a la naturaleza, con un gran desarrollo de ofertas de parques con “canopys” y flora y fauna, mariposarios, ranarios, áreas ornitológicas, serpentarios, etc., aunque en la mayoría de los casos están todos en libertad y hay que informarse por un guía de las zonas donde suelen abundar más. Safari fotográfico de animales pequeños, pues, aunque hay algún que otro felino (que no hemos visto ni de lejos). El otro aspecto turístico es la visita a los volcanes, aunque acceder a las cumbres de los activos (con excepción del Poás) no siempre está permitido, por las emanaciones tóxicas (p.ej., el Arenal).

      Se accede al país por la capital, San José; hay un vuelo de Iberia bastante cómodo con un gran A340-600 que, al ser el único vuelo directo desde Europa, parece estar siempre lleno de alemanes, franceses, belgas, etc. que pasan por Madrid. Me parecía mentira que en “época baja” ya hubiese problemas de encontrar plaza en los vuelos, pero así es, de forma que el que quiera viajar  allí que no lo deje para última hora. Hay vuelos de American Airlines también, pero hacen escala en Florida, se tarda mucho más y es incómodo por tener que pasar los desagradables controles fronterizos de Estados Unidos; no es una alternativa recomendable.

   Dicho todo esto, vamos a dar un paseo por las zonas visitadas, en el mismo orden que se suele hacer.

   La capital, San José, no llegué a conocerla, pero no parece una ciudad muy atractiva a primera vista (el tiempo libre del que disponíamos lo dedicamos al PN volcán Poás, al que se accede desde allí con facilidad). Como suele ser una visita opcional que no está en los paquetes, recomiendo hacerla –si no se dispone de mucho tiempo libre- el último día y ya enlazar con el aeropuerto directamente a la vuelta (el vuelo sale poco antes de las 18:00), pues está en ésa dirección a menos de una hora y se evita el tráfico cercano a la capital.

    Como tras el largo vuelo de 11 horas se llega ya por la tarde, la mejor opción parece ser descansar en el hotel; nuestra experiencia en el Radisson fue correcta, con cena animada por orquesta y todo, jardines para pasear, etc.
    
 PN TORTUGUERO

    La primera visita en el camino a Tortuguero fue un alto en el PN Braulio Carrillo, donde mantuvimos un primer contacto con la jungla.
 PN Braulio Carrillo: Heliconia hirsuta
  El parque nacional  TORTUGUERO está situado al norte del país en la costa del Caribe. Es curioso que al pueblo de Tortuguero y sus canales solamente se puede acceder por avioneta o barco; no hay carretera. Parece sorprendente, pero hay razones para ello: si se pudiera acceder en coche, es posible que la belleza de esta zona tan peculiar se perdiese. Además, la selva es tan densa que los pocos senderos que se pueden hacer a pie ya están preparados incluso con tochos de piedra elevados en el caso de coincidir con época de lluvias, en la que se convierten en lodazales; en cualquier caso, las visitas suelen ser en barcas con frecuentes paradas cerca de las orillas. Es sorprendente la capacidad oteadora de los guías de las barcas, pues desde lejos suelen ser capaces de descubrir toda clase de animales que no se ven a simple vista (cocodrilos, garzas, iguanas, monos, etc.), acercándonos en silencio a las orillas para no espantarlos.

    El alojamiento allí es bien distinto a lo habitual, pues se trata de Lodges preparados para estar en contacto directo con la jungla y sus sonidos (creo que no hay más que 13 de momento), accediéndose desde un puerto (Caño Blanco) a través de canales cercanos al mar en una travesía de casi una hora en barco. En el Lodge no hay cristales en las ventanas, solamente mosquiteras, y se compone de cabañas casi individuales en alto con techo metálico y amplios porches por las lluvias, repartidas por diversas zonas. Conviene que te toque de las más alejadas, por razones obvias. El nuestro era el Mawamba, que tiene la comodidad de tener al lado los senderos que llevan a los ranarios y mariposarios, atravesando una zona en la que es habitual encontrar todo género de animalitos (tucanes, lagartos, monos aulladores, etc.). El alojamiento es rústico sin lujos. Es cierto que estás en contacto con los ruidos de la selva (parece que estás en una película de Tarzán), y es habitual que te despierte algún mono aullador con un buen susto. Por cierto, se habla mucho de mosquitos, pero casi no los hemos sufrido, excepto una noche en la después llovió y debían estar más excitados. Conviene llevar un repelente en cualquier caso, pero nuestra experiencia fue que prácticamente no había, muchos menos que en Huelva, por cierto.

   Mawamba



Amanecer en Tortuguero

 Playa de Tortuguero




Grafitti en Tortuguero

     Floraciones extrañas
 
 Tucán
                                    Árbol de rápido crecimiento
   
     El Parque Nacional Tortuguero es el más conocido de Costa Rica y es PN desde 1975; está previsto que durante la estancia se entre en contacto lo más directo posible con la naturaleza. Está lleno de canales, unos más amplios y abiertos y otros que casi quedan cubiertos por la vegetación; éstos son los más impresionantes, pues estás realmente “dentro” de la jungla. También hay senderos paralelos a la playa y otros que llevan a destinos específicos, como el museo de las tortugas o a los lugares cerrados por mallas en los que se encuentran concentrados ranas o mariposas, por cierto, muy cerca del Lodge Mawamba. Como allí amanece a las 5:30 de la mañana (en Marzo), tuvimos ocasión de salir pronto para ver la salida del sol y disfrutar con tranquilidad de estos lugares (siempre abiertos) y además aprovechar que los animalillos a esas horas parece que tienen menos rubor por mostrarse. Luego se repitió la excursión de forma “oficial”, pero yo ya tenía unas cuantas fotos hechas con más tranquilidad. Estos senderos pudieran constituir una excursión opcional con un determinado coste, pero adelanto que se puede hacer perfectamente en solitario y gratis, en especial si se vive allí mismo.

Ranita verde 
 
Rana de ojos rojos
 
Lagarto
 
Araña (¿inofensiva?) 
  


Iguana gigante

 Iguana
 
 Jacana spinosa
 
Basilisco (difícil de descubrir)
 
Cocodrilo
 
 Canales de Tortuguero

 
 Aninga (ave serpiente) presumiendo
 
 Garza tigre
 
 Garza azul
 
Garza blanca
 
 
 
    Todo el entorno es realmente único, pues el Lodge tiene su propio puerto en el canal a un lado, mientras que al otro, a unos 200 m., está el mar Caribe y una larguísima playa virgen. Me sorprendió que aconsejaran no bañarse por riesgo de tiburones; creo que es una exageración. Es en estas playas en las que en los meses de Junio a Octubre sucede la puesta de huevos de las grandes tortugas, que sorprendentemente siguen viniendo aquí para hacerlo. Es evidente que este hecho está muy protegido en la actualidad y ni siquiera se pueden hacer fotografías ni llevar linternas cuando sucede (suele ser de noche, mientras que la salida de las tortuguitas es al amanecer). Por lo que me han dicho, no es fácil verlo, pues si se hace ruido y se molesta a la tortuga durante su puesta, ésta se va tímidamente y no continúa. Yo sabía que no íbamos en esa época, pero el temor a las lluvias me hizo decidirme por renunciar a ver este suceso y visitar Tortuguero en una época menos lluviosa (ésta va de Noviembre a Abril). De todas formas, allí puede llover en cualquier momento, pero por mucho que me digan los lugareños, en Marzo solamente nos llovió de forma abundante por la noche, y a la mañana siguiente ya estaba despejado y el suelo seco (es como una esponja).
Tortuga (Museo)

El que quiera verlo lo puede hacer en internet; acompaño dos accesos de youtube.



 
 

 VOLCÁN ARENAL

  Tras un par de días en Tortuguero, nos trasladamos (no sin dificultades debido a la relativa sequía que estaba padeciendo la zona con el nivel de los canales bastante bajo y tener que buscar con cuidado por dónde pasar) a la zona de La Fortuna, donde está ubicado el volcán Arenal, claro dominador del entorno. El PN se encuentra a sus pies, pero tras haber vivido Tortuguero, es menos espectacular; como tal parque lo que impresiona es la vista del volcán desde varios ángulos, con su perfecta forma cónica, dejando ver sus dos cráteres. De uno continúan saliendo fumarolas blanquecinas, señal de que “sigue vivo”. No se permite el acceso a los cráteres, por las emanaciones tóxicas.

  Todo el entorno del volcán era salvaje hasta los años 30 del siglo pasado, época en que comenzó un lento desarrollo.  Es un volcán todavía activo, que empezó en 1968 con una violenta erupción que afectó a dos pueblos cercanos con 87 muertos. Desde entonces no ha cesado su actividad, con picos en 1986/87, en 1995, en 1997, en 2000 y en 2004 y hasta el 2010, fecha en que su actividad ya inició un claro descenso. En aquellos años, debía de ser un espectáculo sobre todo de noche, con la lava iluminada de color rojo brotando del cráter. Una pena haberlo perdido… pero todavía impresiona.
Volcán Arenal

 
   No suelo hablar de los hoteles, pero voy a hacer una excepción por si a alguien le sirve la información. Pocas veces he visto un hotel tan bien planificado y desarrollado como el Arenal Manoa; está dentro de una extensa finca en la que la mayor parte se ha transformado en jardín tropical y los bungalows están estratégicamente situados para lograr una total privacidad, cada uno con su caminito particular y todos ellos apuntando tras un enorme ventanal hacia el volcán. Está dotado de termas (naturales, al ser zona volcánica) al aire libre, aparte de otra gran piscina rodeando un bar acuático y un medio de transporte con carritos de golf a los que solamente hay que llamar y aparecen en menos de dos minutos, con lo que el transporte inter-hotelero está asegurado. Es un ejemplo de anti-masificación; si alguien quiere pasar una temporada tranquilo en un entorno idílico, éste es el lugar; podéis ver detalles en internet. Algo que no viene en las informaciones es que la finca aledaña, de los mismos dueños, es ganadera, con ganado vacuno y porcino; el queso que ofrecen en el desayuno es propio, por cierto. ¡Hasta tuve oportunidad de ordeñar una vaca!
Hotel Arenal Manoa

   Hay una extensa oferta de lugares a visitar, con puentes colgantes, zoológicos, termas, cascadas, lagos, etc. que da para estar más de una semana por aquél lugar y no repetir experiencias. El volcán no siempre está despejado, por lo que no es una mala idea ya tan sólo por esta razón. Resumiendo: que lo de “la Fortuna” resulta ser un nombre apropiado para este lugar.
Atardecer con garcillas
 



Sueño idílico

                            Sabor a piña


MANUEL ANTONIO

    Con cierta pena abandonamos este pequeño paraíso y partimos hacia el sur, hacia la costa del Pacífico. Desde el autobús, al llegar a la misma, llama la atención la casi total ausencia de construcciones elevadas y una enorme oferta de interminables playas, aparentemente muy poco visitadas. De nuevo, la falta de masificación es un punto a favor para visitar este país, con cierto parecido por su benigno clima a las islas Canarias, pero con mucha menos gente y más espacio.

   Habíamos reservado inicialmente el Parador de Manuel Antonio, otra zona toda ella un gran parque con mucha vegetación, pero estaba lleno y nos lo cambiaron a última hora por otro complejo hotelero de la misma clase sobre el papel (H. Shana) y situado además muy cerca, por lo que no puse objeción. Sin embargo, visitando el Parador, nos quedamos impresionados de su calidad; comento esto para el que quiera viajar aquí que no lo dude: el Parador, precioso hotel desarrollado al estilo español y con un empaque y señorío notables (y una excelente cocina). Sugiero verlo en internet para el que tenga interés.

 Ambos hoteles están localizados en una pequeña península, toda ella selvática. No hay muchos senderos; uno de ellos conduce a una pequeña playa (Biesanz), poco frecuentada por estar muy a desmano; la playa es excelente y, al estar en una bahía cerrada, no tiene mucho oleaje y se puede nadar perfectamente.  Andar por este sendero resulta muy poco aburrido, pues yendo pronto por la mañana te ves acompañado por todo género de animales, en especial monos de cara blanca y titis. Incluso vimos de lejos un oso hormiguero que no fui capaz de fotografiar, pues se ocultó en cuanto me vió.
Playa Biesanz
 
 Mono cara blanca
 
Titis
 
  También visitamos el PN Manuel Antonio, localizado en otra península muy cercana a la de los dos hoteles. Allí también tienen una gran oferta faunística, en total libertad, claro, por lo que hay que ir andando buscando dónde hay una pequeña acumulación de personas mirando algo. Aparte de monos e iguanas, pudimos ver un perezoso, madre y niño; la verdad es que es un animal muy curioso con su antifaz en la cara y su lentitud. Las playas contenidas en el parque es lo más notable, pues de animales vimos más en el sendero de acceso a la playa que en el propio parque.
Playa del PN Manuel Antonio

Perezoso y su cría

Olé tus ...ones

Contraluz

Playa PN Atardecer

Puestas de sol




PN VOLCÁN POÁS

   Tras pasar un par de días haciendo de Robinsones, ya tocaba empezar a volver a San José para regresar a España, pero no sin antes visitar el volcán Poás, que, por lo que pude averiguar previamente al viaje, merecía una visita. No me equivoqué, pues superó mis expectativas; está a una hora de la capital, cerca de Alajuela; tras subir en coche hasta los 2700 m, hasta el cráter ya hay que ir andando. De nuevo tuvimos suerte con la visibilidad; era un día muy claro, siendo muy normal que esté cubierto por niebla. La vista allí es espectacular, pues de golpe te encuentras viendo a tus pies un enorme cráter de 1,7 kms. de anchura y 300 metros de profundidad, el mayor cráter de tipo géiser del mundo. En el centro se ha formado una laguna ácida que cambia de color. Se le ve activo y de vez en cuando suelta una bocanada de gases, afortunadamente lejos, aunque se percibe cierto olor a sulfuros. Toda la zona constituye un parque nacional, bastante antiguo, por cierto, pues data de 1917. En el pasado (1952 y 1957 en especial) ya se manifestó en varias erupciones relevantes; al revés que el Arenal, éste parece que está en fase incremento de actividad y que se está preparando para una nueva erupción. Desde el cráter se puede caminar por otro sendero, prácticamente cubierto por vegetación, que lleva en ascenso a otro cráter inactivo inundado por un hermoso lago (Botos).
Cráter principal del volcán Poás

Laguna Botos
 

El Poás activo

   Dado que ambos recorridos no son muy largos, nos dejó oportunidad en la misma zona para visitar una finca zoológica (La Paz, también un lodge) de nuevo con todo género de animales compartiendo espacio con nosotros, en especial pájaros de todos los tipos y especies. Es curioso que en breves instantes el tiempo cambió de sopetón, cubriéndose toda la zona y con lluvia. En el mismo lugar parte un sendero que lleva a cuatro cataratas consecutivas en un angosto valle, de las que tres son visitables caminando en descenso acusado; al llegar al final, se sube de nuevo con un autobús al comienzo. Otro lugar digno de ser visitado, pese a la lluvia, que también le daba cierto encanto.
Cataratas

Tucán amigable

Jilguero

Mariposas

Colibrí


Carro típico costarricense



   En resumen, 10 días de experiencias de "Pura Vida", como suelen decir allí, y que supieron a poco.

KS, Abril 2014.

  



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