Los Caballos del Vino………. Por Kurt Schleicher
(Dedicado especialmente a Paco Acosta y Eloy Maestre, murcianos de pro...)
(Dedicado especialmente a Paco Acosta y Eloy Maestre, murcianos de pro...)
Santuario-Basílica de Caravaca de la Cruz, en plena efervescencia
Los "Caballos del Vino" no son
caballos borrachos ni nada parecido, sino que son unas fiestas ancestrales en
Caravaca de la Cruz (Murcia) que se celebran en la primera semana de Mayo cada
año y que se distinguen de otras fiestas populares por varias razones. Había
oído hablar de ello en el sentido de una carrera de caballos y me figuraba que
lo del vino sería que te daban vino a espuertas durante la carrera, como suele pasar en las fiestas.
Pues tampoco; en cierta forma es una carrera
de caballos, pero no entre sí. Los aficionados a las carreras de Fórmula 1 ya
sabemos que no es lo mismo la carrera de clasificación de los sábados (lucha
contra el crono) que la definitiva de los domingos; aquí pasa algo parecido. Es
ciertamente una lucha contra el crono individual de nada menos que 60 caballos perfectamente
enjaezados (ahora explicaré qué es esto) que deben subir una cuesta bastante
empinada de 80 m. (la subida al castillo) corriendo a tope con dos mozos bien
entrenados a cada lado y teniendo enfrente a una abigarrada multitud que debe
dejar paso libre en el último instante para que el aparentemente desbocado
caballo y sus mozos lleguen a la meta como sea, pero sin soltarse del caballo o
serían descalificados. Se anuncia mediante megafonía el caballo que va a correr y, para que el público se prepare, se advierte con un estentóreo "¡¡¡Caballo en carrera!!!" que comienza la desbocada subida´y que hay que apartarse (¡si te dejan!)
Aunque las fiestas
son 5 días, el día “estrella” es el 2 de Mayo, que es cuando se celebra la
carrera. El programa de fiestas para este año 2014 mencionaba que aquélla daría
comienzo en este día a las 14:00 tras varios pasacalles, tanto de caballos y
sus peñas como de moros y cristianos durante toda la mañana (ése día ya
comenzaba con una alborada de campanas desde las 4:00 de la madrugada, seguido
de una traca y más campanas a las 7:00, de una misa a las 9:00 dedicada a la
Aparición de la Vera Cruz ya con los caballos enjaezados y tanto los moros como
los cristianos en perfecto estado de revista; con tanta campanada y traca
seguro que nadie se podría haber dormido). El programa no mencionaba nada más
que pasacalles desde las 9:30 hasta las 14:00 y tampoco desde esta hora hasta
las 20:30, cosa que me extrañó, hasta que me di cuenta de lo de las carreras “individuales”
y que los pasacalles englobaban a nada menos que otras 60 peñas con todas sus
fanfarrias (aparte del “desfile de modas” de los caballos enjaezados) y de
innumerables pelotones de moros y cristianos también perfectamente
“enjaezados”. ¡Claro! ¡Para todo eso necesitaban todo el día sin parar… y les
faltaba tiempo!
Desfile de modas
Las "Cristianas"
La Cuesta del Castillo, lugar de la carrera
La reina de las fiestas, cabalgando a rienda suelta
¡Caballo en carrera!
Celebrando una buena marca
Mozos contra esquina
El día terminó (tras una interminable sesión
de entrega de premios a los caballos y sus respectivas peñas, así como una escaramuza
de batalla moro-cristianil, trabucazos incluidos) con un solemne traslado
procesional de la Santísima Cruz desde la Basílica-Santuario a la Parroquia del
Salvador. Bueno, lo de “terminó” es un decir, pues pasada la medianoche todavía
estaban desfilando…
Entrevista al ganador
Vuelta al ruedo del caballo ganador
Enjaezados
¿Y qué es eso del
“enjaezado”? Pues un precioso engalanado de los Caballos del Vino por cada peña
con ricos ropajes bordados a mano con hilos de oro y plata, canutillo y
pedrería, que también tiene su concurso particular al caballo “mejor enjaezado”
o más original. Los motivos suelen ser personajes conocidos de la ciudad,
personajes de las peñas u otros, con un realismo increíble, llegando a parecer
fotografías.
Otro aspecto es la
pregunta que cualquier curioso se haría al ver la modalidad de la carrera; ¿a
qué se debe que sea individual y que tenga que ser en la cuesta del castillo
con 4 mozos a ver quién invierte menos tiempo? Pues también tiene su historia:
Retrocedamos al
siglo XIII. Caravaca está en plena frontera de la zona cristiana y castellana y
el reino nazarí de Granada. La Orden militar del Temple defiende a la población
que se refugia en el castillo ante un asedio musulmán. El agua escasea y llega
a corromperse, originándose una epidemia en los pobladores de la fortaleza.
Desesperados, los del Temple deciden salir de noche con sigilo, consiguen
burlar la vigilancia de los moros, llenan sus odres de vino, vuelven a burlar
la vigilancia colocando los odres de vino sobre los caballos y corren a toda
velocidad de vuelta al castillo antes de que los moros lleguen a darse cuenta.
Cuenta la tradición que, agradecidos por haberlo logrado, bañaron la propia
Reliquia de la Cruz con el vino que habían conseguido, se lo dieron después a
los enfermos y todos ellos sanaron (para los no creyentes, les quedaría claro
al menos que el vino de Jumilla de la región de Murcia tiene que ser buenísimo…)
A comienzos
del siglo XIV este hecho no cayó en el olvido y se organizaron unos festejos
para conmemorarlo poniendo a correr a varios caballos en fila llevando los
famosos odres de vino, espoleados por los mozos que los conducían.
Posteriormente ya no se pusieron los pellejos con el vino, pero permanecieron
la bendición y la carrera, inseparablemente unidos al rito de la Cruz. Y hasta
hoy… aunque hay que decir que el festejo está documentalmente probado solamente
desde hace tres siglos. En cualquier caso, ha permanecido, transmitiéndose de
generación en generación sin necesidad de escribir las reglas y constituyendo
una fiesta única en el mundo. No existe otra fiesta similar en la que cuatro
mozos y un caballo se abren paso “milagrosamente” entre una abigarrada multitud
de cientos de miles de personas, recorriendo los 80 metros de subida a una
increíble velocidad de unos 10 metros por segundo; hay que darse cuenta que las
carreras de 100 metros lisos –remarco “lisos”- no bajan mucho de los 10
segundos entre los olímpicos, de forma que hacer estos “100 menos 20” metros de
¡subida! en el mismo tiempo es toda una proeza. Y sin contar con el peligro
subyacente a que el caballo y los mozos se lleven por delante a algún atrevido
espectador que no se retire a tiempo (de hecho, creo que hubo un herido de
importancia en este año).
Tengo que
contar que me coloqué con mi cámara con intención de sacar un foto “de frente”
en plena subida de la cuesta, pero la cosa no era fácil; lo logré al tercer
intento, pero tras tener que retirarme lanzándome en plancha al pasar el
caballo hacia un lateral cámara en ristre y llevándome por delante a algún
espectador. Se me acercó después un mozo para advertirme amablemente que dejaba
“demasiado poco margen” y decidí que era más saludable para mi integridad
física colocarme detrás de la meta en el esquinazo de la muralla y hacer fotos
de “semi-frente”. Allí tuve todavía que burlar a algún guardia de seguridad
empeñado en ponerse delante de mí, pero me sentí más “confortable”, en lo que
cabe. Pues tampoco estaba exento de riesgo: una de las veces, el caballo se
desvió demasiado a la derecha, me aparté un poco y el mozo que estaba a ése
lado dejó de golpe toda su energía cinética contra el muro detrás de mí, que
afortunadamente estaba protegido (ver foto). Eso no es todo, pues los caballos
llegan muy agitados y aún sueltan después alguna tarascada, por mucho que los
mozos traten de llevarlos con firmeza.
El 4
de noviembre de 2011 el Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la
Región de Murcia declara la fiesta de “Los Caballos del Vino” de Caravaca de la
Cruz como Bien de Interés Cultural con carácter etnográfico. También ha sido declarada
de Interés Turístico Internacional.
Aparte de la
propia y espectacular carrera, hay que destacar también el entorno; Caravaca de
la Cruz es más que un pueblo, es una ciudad con su entorno medieval bien conservado
y un Santuario-Basílica dentro del castillo realmente impresionante. Las
vestimentas de tanto moros como cristianos son también de una belleza y calidad
más que notable, lo que junto al rico enjaezado de los caballos proporciona una
impresión visual impactante e inolvidable. La explanada del Castillo es muy
amplia y llega a llenarse con un enjambre de mozos, caballos y espectadores,
donde lo que menos se ve es a los turistas, pese a que habría bastantes. Es
increíble la cantidad de mozos “a estilo pamplonica” que llegan a juntarse allí…
¡Claro! 60 peñas, aparte de caballos y moros y cristianos, dan un efecto de
multitud mayor que la también ingente cantidad de visitantes. También quiero
destacar la belleza de muchas de las “moras” y “cristianas”, como se puede
apreciar en alguna de las fotos, y el tono de humor mantenido durante todos los
desfiles. Y es que la mujer murciana tiene una merecida fama de guapa, bien
visible aquí.
Jaleando a los ganadores (carrera y enjaezado)
El ganador de la carrera 2014 fue el caballo “Hispano” de la peña caballista Caprichoso, habiendo batido
el récord de la carrera de los Caballos del Vino con un tiempo de 7
segundos y 753 milésimas. Es la primera vez en la que se logra una marca por
debajo de los 8 segundos; el récord anterior lo logró la peña Ambicioso con
“Caracol”, en 8,163 sg., que fue campeón los tres años anteriores.
Repito; increíble: 80 metros de subida
recorridos en algo más de 7 segundos. Enhorabuena a “los cinco” corredores;
todos merecerían ser olímpicos…
Interior del Santuario con los pasos de la Procesión
Caravaca de la Cruz al anochecer
Bien armado ante bellas moras
Las "Moras"
Final del desfile
Cerca de Caravaca y viniendo de Cieza hay
unos paisajes notables, entre lo que destaco el castillo moro de esta localidad
en una cúspide aparentemente inaccesible, así como unas formaciones montañosas (el
Almorchón) que recuerdan a las del “Far-West” (¿se rodarían allí también
spaghetti-westerns? Y sin olvidar las antiguas norias de Abarán (al lado de
Cieza), de las que tres todavía están en funcionamiento. Una de ellas, la
Grande, data de 1805 y está considerada la más grande de Europa, con sus casi
12 metros de diámetro. Y es que Murcia es “mucho Murcia”, no solamente playas y
sol…
Castillo de Cieza (¿cómo subían?)
Panorámica y Almorchón
Noria Grande de Abarán, en funcionamiento
Noria de Félix Cayetano, en desuso. Abarán, al fondo
Noria de la Hoya de D. García, en funcionamiento
KS, Mayo 2014
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